juandon
Me gusta tu habla, jejeje, ¿creo que lo decis así no?...realmente es un tema que podríamos llamar "oscuro" o nada agradable...realmente considero que tiene poco futuro con la aparición de la web inteligente, los contenidos, y más especialmente los conocimientos y las ideas, a partir de una concepción de portabilidad y de movilidad , y ya no hablo de wifi, sino de satélites apoyados por la Inteligencia artificial, difuminará el aspectro de la propiedad intelectual, y es que no hay más, será así, la internet o cómo se llame en un futuro próximo, será otra cosa, desaparecerán los controles---ya sé que mucha gente dice que internet se basa en el respeto de esta propiedad intelectual---verás como esto cae-los imperios más sagrados, no sólo los profanos han caido---esto se acabará y todos los mecanismos de control de la reputación de internet y su retroalimentación positiva, que por ahora sirve de "usabilidad" dentro de la web 2.0 y de la negativa, de la cuál disiento totalmente...terminarán por accabar en el ostracismo...lasociedad del conocimiento y de la información, la actual, pasará a una SOCIEDAD DE LA INTELIGENCIA, y sus parámetros y paradigmas serán otros, nunca más estos,
No hace mucho tiempo participé con un par de entradas en un debate espontáneo que se armó en una página de Facebook sobre la posibilidad de que la UNION EUROPEA estudie la legalidad de ciertas prácticas editoriales de Google (publicación de libros, etc.) y creo que eso tiene que ver.
Si bien el tema allí era "los derchos de autor", resulta llamativo que sea Google quien saca a la SGAE en una posición "privilegiada" al escribir "ladrones" en el campo de búsqueda.
Todo debe cogerse con pinzas... Habrá muchos internautas que usan la palabra "ladrones" para citar algunas actuaciones reprobables de la SGAE pero, no tan llamativamnte, es Google (alguien que ya tiene más de una llamada de atención sobre la violación de derechos intelectules) quien informa a los internautas sobre la ubicuidad virtual de la SGAE entre los ladrones...
En aquel debate y entre mucha gente de la calle, la reputación de Google (que para el usuario básico es la reputación mayoritaria de lo que es/representa Internet (para ese usuario básico) está casi fuera de discusión (??!!). "Miente mucho que algo quedará..." se podría argumentar o incluso decir que no son las grandes corporaciones las indicadas en lanzar la primera piedra porque de culpa no están libres...
Para establecer una reputación (positiva o negativa) interviene en gran medida, a mi modo de ver, la respetibilidad del evento. Pero una frecuencia de repetición con origen diverso y no vinculado... es lo que da mejor verosimilitud a los hechos (o contenidos) bajo estudio. (Es decir, lo de "repite mucho que algo quedará..." no es garantía de fundamento de una reputación determinada.
Hay que tener mucho "ojo" con los sistemas de "agregación de noticias" porque son simples loros que repiten y repiten algo que han rastreado-capturado en otro website y así sucesivamente. La trazabilidad de los contenidos es, entonces, lo que ayudará a consolidar el valor de una información.
Yo me pasé del mundo editorial "convencional" al mundo online hace ya... algunos años, pero fue hace menos de un año cuando decidí combinar la plataforma (hoy convencional) de la web y apoyos de blog, con otra propuestas de cuya existencia sabía pero no usaba, como Facebook o Twitter. Y realmente, como proveedor de contenidos y como digestor de contenidos de terceros, las opciones de crear mundos paralelos en un lapso relativamente breve son numerosísimas. Por suerte, la tecnología permite también realizar unos seguimientos bastante estrictos aunque, nuevamente, se cae en la tecnocracia, por la tecnocracia misma.
Porque además de dedicarte a desmenuzar el contenido en sí (y ver su lógica o su sentido, lo compartas o no...) debes verificar, llegado el caso, la fuente real de esa información y otros elementos que te ayuden a valorar más objetivamente tus sensaciones y si están intentando colar una trola o hay un fundamento objetivo.
Es cierto son unos circuitos que inducen a la aceptación de las ideas de los demás, en cambio la retroacción negativa, sobre la cuál no creo, es difícil de aceptar, evidentemente, pero en cambio la positiva produce una metacognición que hace que los usuarios esablezcan mecanismos que en un principio quizás ni conocían pero después pueden acceder a ellos.
Desde la perspectiva del lector, esto también agrega un nivel de credibilidad para los webloggers porque típicamente estos usan su identidad del mundo real en su espacio virtual.
Otro desafío que enfrentan los sistemas de reputación es capturar la retroalimentación. Algunas personas pueden no molestarse en suministrar retroalimentación en absoluto, pues ven poco o ningún valor en el proceso. La retroalimentación negativa es difícil de provocar, porque la gente siente temor de lo que podría traer. La honestidad de la retroalimentación es cuestionable, porque, tal como en el mundo real, a veces damos cumplidos a fin de recibirlos.
"Para complicar aun más todo esto, están los circuitos de retroalimentación creados cuando un grupo cambia su comportamiento en respuesta a cambios en el software (social)".
A pesar de sus dificultades teóricas y prácticas, los sistemas de reputación parecen funcionar razonablemente bien, dice un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan. "Los sistemas que se basan en la participación de grandes cantidades de individuos acumulan confianza simplemente por operar efectivamente en el tiempo.
juandon
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